Así son los adolescentes que caen en el macabro desafío de "La Ballena Azul"
El "juego" ya llegó a Latinoamérica y se teme que cobre la vida de más adolescentes.
Un espeluznante desafío, llamado “La Ballena Azul”, ha provocado la muerte de varios adolescentes alrededor del mundo. La práctica salió a luz pública luego de que Yulia Konstantinova (15), de Rusia, se suicidara tras publicar la foto de una ballena azul en su Instagram, bajo el texto “fin”.
Y es que este espeluznante “juego”, que consiste en cumplir 50 retos que terminan con el suicidio del menor, llegó a latinoamérica y en algunos países ya se está investigando si detrás de la muerte de adolescentes se encuentra esta práctica.
En esa línea, también se está advirtiendo a los padres para que puedan descubrir a tiempo si su hijo está cumpliendo dicho reto. Sin embargo, hay una pregunta que muchos aún no pueden responder: ¿Por qué existen adolescentes que caen en “La Ballena Azul”?
Un grupo de psicólogos se refirió al tema y señaló que estos jóvenes tienen en común la necesidad de aceptación y aprobación por parte de la sociedad. Esto se mezcla con una falta de control parental y el uso sin límites de dispositivos tecnológicos, según indica el sitio El País.
“Los adolescentes son personas muy sensibles que están empezando a potenciar sus habilidades sociales, por lo que tienen una necesidad imperiosa de pertenecer a un grupo y tener la aceptación de los demás. No se trata de falta de personalidad, es un imperativo biológico”, aseguró el experto en prevención del riesgo de suicido infantil y juvenil, Leonardo Aja.
Agregó que “hay veces en las que ellos no saben hasta dónde es sano complacer al otro y cuándo esto puede hacer daño. No todos los jóvenes son susceptibles a caer en ‘La Ballena Azul’, sino aquellos que son altamente influenciables, con gran necesidad de aceptación y aprecio, con habilidades sociales deficientes y que son desatendidos por sus padres”.
Para evitar que los hijos estén expuestos a este tipo de peligros, los expertos afirmaron que se deben establecer mecanismos de control parental para filtrar y monitorear la información que reciben los jóvenes a través de Internet.
Asimismo, educarlos respecto a que deben analizar críticamente el contenido que encuentren en estas plataformas online y establecer con ellos una relación de confianza para que, cuando estén en peligro o se sientan intimidados, lo den a conocer inmediatamente.
Fotos: Shutterstock.
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