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Conocida modelo pasó de ser portada de revistas a vivir en la calle

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La ex modelo fue musa del diseñador Yves Saint Laurent y ahora la encontraron durmiendo en la entrada de un cajero automático de Barcelona.

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Nastasia Urbano, durante la década de los 80 estuvo en su esplendor como modelo, ya que desfilaba por las pasarelas de moda más exclusivas  del mundo, fue portada de la revista Vogue en 1981 y ganaba un millón de dólares anualmente.

 

 

En el apogeo de su carrera trabajó para marcas como Revlon e Yves Saint Laurent y se codeaba con celebridades internacionales en los años ochenta.

 

 

“Hice todas las revistas, fui amada por todos. Me dieron un millón de dólares al año por solo 20 días de trabajo, por tres o cuatro”, contó Nastasia al medio Daily Mail.

 

 

La modelo al cumplir los 20 años se mudó a Nueva York, donde participó de la agencia de modelos Ford.  Después de esto fue contratada para ser rostro exclusivas marcas como la del perfume Opium de Yves Saint Laurent  junto a otras top model como Linda Evangelista.

 

 

Sin embargo, 30 años después su vida dio un drástico giro de 180 grados, pues pasó de ser la reina de las pasarelas, de tener contratos millonarios, fama, viajes y celebridades de amistades a vivir en la indigencia, a vivir en la calle. 

 

 

Tras conocer al hombre que se convirtió en su esposo y padre de sus hijos, el estilo de vida de la maniquí cambió rotundamente.  Luego de unos años de casados, él la dejó sin un peso de la fortuna que ella había logrado ganar en su juventud.

“Él pagó todo con mi dinero. Solo dos días después de conocerlo, quería que comprara un BMW y yo, como un atonta, firmé un cheque. Estaba enamorada. Lo único bueno de esa relación han sido mis hijos, el resto fue horrible”, explicó la ex modelo.

 

 

Urbano, que sufre de depresión, fue varias veces desalojada por no pagar el arriendo. Ahora se alterna entre dormir en los sofás de las casas de sus amigos y en las entradas de los bancos junto a los cajeros automáticos.

Pero la mujer de 57 años está cansada de llevar este estilo de vida y está dispuesta a cambiar el rumbo de su destino. “Quiero vivir, no sobrevivir. Quiero recuperarme como persona y estar bien, para mis hijos puedan estar orgullosos de mí”, aseguró.

 

 

 

 

 

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