Girl Power

Tips para volver al trabajo después de la maternidad

Por: Constanza Khamis
19 de Noviembre de 2019
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Ser mamá despierta en nosotras un sinfín de emociones. Tenemos seis meses para descubrir y procesar en calma, en la casa, conociendo a nuestro hijo y de a poco aprendiendo a disfrutar de la maternidad. Pero nada es eterno y para la gran mayoría, hay que volver a trabajar, y ahí comienza la angustia y la que será nuestra tortura permanente en los próximos meses (y quizás décadas); la culpa.

La culpa nos ataca si no queremos volver a trabajar, porque hay que hacerlo. También si ya tenemos ganas de dejar los pañales de lado un rato y volver para realizarnos como profesionales, y nos sentimos “malas” por necesitar otras cosas. Queremos estar con ellos, pero también queremos nuestro espacio. Y tomemos la decisión que tomemos, la culpa va a estar ahí.

Lo leemos, nos lo dicen varias personas, pero es distinto vivirlo, sin embargo, puede ayudar hacernos conscientes de ese sentimiento y tener algunos tips para enfrentarlo. De todos los que me dieron mis amigas y conocidas que pasaron por lo mismo, estos son los que me sirvieron a mí:

Elimina la culpa: Sí, es imposible, pero si lo intentamos y la racionalizamos, puede ser más fácil de sobrellevar. Saber que volver a trabajar no es malo para nuestra guagua, que la mayoría de las madres lo hacen y que no tiene nada de malo disfrutar tus tiempos sola puede ayudarte. Porque no, no tiene nada de malo sentirte feliz también cuando estás lejos de tu hijo.

Mantenerse en contacto, pero con prudencia: Hoy día la tecnología nos permite estar conectadas todo el día. Podemos llamar para saber cómo están, e incluso algunas salas cunas permiten ver por cámaras lo que está pasando. Y aunque es una herramienta que nos da tranquilidad, puede ser todo lo contrario si estamos todo el día pendientes. Es importante establecer límites, y quizás definir horarios para llamar u observar qué está pasando.

Priorizar calidad vs. cantidad: Ya no vamos a estar todo el día con ellos, pero cuando lleguemos tendremos muchas ganas de verlos, y esas energías podemos canalizarlas en hacer cosas que sean un aporte. Salir a caminar, jugar, o incluso hacer de las rutinas como la comida y el baño algo entretenido pueden marcar una gran diferencia.

Red de apoyo: No es posible para todas, pero si tienes la posibilidad de que alguien de tu familia o alguien en el que tengas total confianza esté al menos pendiente de tu guagua, te va a sacar un peso de encima.

Conversar con otras mamás: No estamos solas, y es importante saberlo. Conversar con otras personas que están pasando por lo mismo que tu, puede ser un gran alivio. Incluso puede servirte de inspiración para solucionar algunos problemas de formas que a ti no se te habían ocurrido. Después de todo, no eres ni la primera ni la última que está pasando por esta misma situación.

Habla con tu jefe o compañeros de trabajo: Cuando te fuiste funcionabas de cierta forma, y a tu regreso serás totalmente distinta. Tus prioridades habrán cambiado y el manejo del tiempo va a ser un nuevo desafío. Por eso es importante que las personas a tu alrededor entiendan que te estás adaptando y aprendiendo a manejar el tiempo. Eventualmente te vas a volver más productiva en menor tiempo, pero eso requiere de meses y de comprensión de tus colegas.

 

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